domingo, 27 de marzo de 2011

Sobre el patriarcado-3ºparte

Con todo este panorama podemos entonces hablar de la doble explotación de las mujeres. Las mujeres  de la misma forma que los hombres venden su fuerza de trabajo al capital, sin embargo esta fuerza de trabajo está desvalorizada debido a todos los roles que se le atribuyen, entre ellos, el de la debilidad. En pleno auge de la Revolución Industrial las mujeres también trabajaban en la mina y además se encargaban del trabajo doméstico no remunerado. Aunque parezca que eso quedó atrás hace mucho tiempo, en 2010 las mujeres siguen estando doblemente explotadas. No sólo hay que mirar hacia los países europeos o hacia EEUU y en concreto las clases privilegiadas. De este modo veremos una parte ínfima de la realidad y nos costará encontrar las desigualdades, aunque seguirán presentes por los roles atribuidos a la mujer. Miremos a las trabajadoras solteras, con hijos e hijas que tienen una jornada laboral más larga de lo normal en una empresa donde por ser mujer cobra un 31.7% menos que su compañero y que cuando llegan a casa no pueden parar sino que tienen más trabajo no remunerado.

Además el trabajador también juega un doble rol, es explotado por su patrón y sin embargo por otro lado es explotador al servicio de la ideología patriarcal sometiendo a su compañera ya que cobra mucho más que ella por su género, de este modo no se cuestiona nada. Es decir hay intereses diferenciados de género en el interior de la clase trabajadora. Con un ejemplo como este podemos ilustrar la explotación no solo por parte del capital como trabajadora sino también la explotación de género que deja su huella palpable en el trabajo no asalariado que corresponde “naturalmente” a las mujeres. Si bien es cierto que con la incorporación masiva de las mujeres al trabajo y con lo que podríamos llamar en cierto modo un progreso moral conseguido durante décadas de luchas por los derechos de las mujeres, las mujeres jóvenes podemos empezar a atisbar como se va logrando la igualdad en ciertos aspectos pero si miramos atentamente nos encontraremos con la llamada discriminación positiva que pretende conseguir la igualdad plena entre sexos por medio de paliativos que no hacen más que esconder el problema. Y si bien es cierto que funciona, o al menos en parte, repito, depende de que gafas nos pongamos y a donde miremos... Quizás lo que necesitemos sea un cambio de Sittlichkeit.

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