domingo, 8 de mayo de 2011

Spinoza


Se considera a Spinoza continuador de Descartes, matizando algunos conceptos; pero no es así, aunque hay que considerarlo. De él hay que tener en cuanta que es judío y, como tal, sufre la influencia de los protestantes holandeses, puesto que él mismo es holandés. La suya es una posición que acaba siendo la de un judío heterodoxo.

Hay un momento en la biografía de Spinoza en que cabe hablar de influencias decisivas en la evolución de su pensamiento desde la ortodoxia judía a la heterodoxia. Hay tres posibles líneas de influencia sobre el joven Spinoza:
a)      Formación judía.
b)     Influencia de ciertas corrientes de pensamiento gestadas en la Holanda cristiana de la época.
c)     Filosofía cartesiana.
Nace en una familia judía que escapa de los lugares en los que son perseguidos, y esa comunidad judía del Estado holandés practica sobre todo el comercio haciendo de Holanda una gran potencia. Recibe una formación ortodoxa, pero en el s.17 aparecen unos fenómenos heterodoxos que influyen en Spinoza. Un autor de esta heterodoxia es Uriel de la Costa, que acaba siendo perseguido. Otra heterodoxia de la que tiene conocimiento Spinoza es la figura de Juan de la Prada, médico español que tiene gran influencia en el joven Spinoza. Ambos fueron condenados por la sinagoga y expulsados de la comunidad, tras lo cual siguen siendo amigos, y su amistad también se desarrolla dentro de esos círculos heterodoxos. Su expulsión se debe a que tanto uno como otro identifican a Dios con la naturaleza, es decir, panteísmo. Contra Juan de la Prada había escrito una “Epístola invectiva”, en la que se denuncia a aquellos que están provocando una revolución dentro de la comunidad, de aquellos que hablan de dios cuando realmente quieren decir naturaleza. Uno de éstos es de Prada, a quien se le acusa de acabar por contagiar a Spinoza. Wim Klever y Y.Yovel son dos autores cuyas obras nos hablan de lo que ocurrió entre la religión y Spinoza. En Amsterdam había un ambiente en la sinagoga de la ciudad que pudo ser la causa de la nula relación entre ambos.
Pero no sólo estos personajes influyen en Spinoza, sino también la ortodoxia judía, su propia instrucción, su educación judía, que quizá incluso sea más importante que la heterodoxia. Hay autores judíos como Ibn Gabirol que influyen en Spinoza, sobre todo su obra “La fuente de la vida”, también Maimónides, cuya influencia se puede apreciar en la primera hióstasis en las emanaciones a partir del Uno, en la voluntad como fuente de razón, es decir, la realidad vital es entendida como potencia y voluntad.  El tema de las relaciones entre potencia y razón es central en el spinozismo: la realidad vital como fruto de una energía o potencia que es más radical que la razón.
Existen otros autores como S.Zac o Misrahi que también son leídos por Spinoza, y autores clásicos judíos como Gersónides y H.Grescas, en los que se desarrolla un neoplatonismo. En estos, todo atributo de dios es real, no son atributos para nosotros. Así, Spinoza tiene rasgos platónicos, sobre todo en su obra “Breve tratado”, la voluntad como cercana a la idea de energía, más que a la de entendimiento. en Gersónides y Grescas encuentra lo intelectual subordinado a instancias que no son exactamente intelectualistas. El tema del amor de dios como causa, y esto está ausente en Spinoza: amor como motor del conocimiento (amor intellectualis), incluso él mismo reconoce que lo que él dice ya ha sido dicho, aunque de forma vaga. En Gersónides encuentra la posibilidad de los atributos divinos, realidades dadas en dios infinitas, peor siendo infinitos no impiden la unidad de dios; es decir, la infinidad de atributos se combinan con la unidad divina, par dios, los atributos son considerados pasivamente como infinitos.
En la formación inicial de Spinoza se subraya la influencia holandesa; hay ciertos círculos protestantes holandeses o, por ejemplo, de unos que estaban bajo un ex-jesuíta llamado Van der Ende, que mantuvieron mucha relación con Spinoza en su juventud, son: L.Meyer y J.Jelles entre otros. Para ellos va a su primera obra. Se puede decir que, en un principio, Spinoza estuvo influenciado por la escolástica cristiana, algo que se llega a notar en su léxico. El círculo de la escuela de Van der Ende, con Herereburd, escolástico francés  discípulo de Suárez , influye en los “Cogitata metafisica” de Spinoza. W. Klever lleva esto al extremo y llama a Van der Ende el protospinoza, considerando que toda la temática y la orientación filosófica decisiva spinozista procede de Van der Ende, en ella están los temas centrales del spinozismo. Suárez nos corrobora que Spinoza ha tomado lo que le ha interesado de la filosofía judía y de la cristiana, esto es, Suárez corrobora los conocimientos spinozistas acerca del cristianismo.
La vida de Spinoza es de tipo retirado, aunque sin caer en el interés por su contexto. Es un retiro que mantiene para no perder su independencia y poder dedicarse a sus obras, e incluso llega a renunciar a dar clases en Heidenberg. A pesar de todo, sus intereses políticos son muy concretos y no hay que considerarlo como un asceta, como un místico. Ese compromiso político lo presenta como algo que favorece su filosofía; no tiene un interés político, sino que se trata de alcanzar la sabiduría. Su objetivo último es el conocimiento.

También hay  que destacar a Descartes, autor cuya obra conoce muy bien Spinoza y, por tanto, influye notablemente en él. pero no hay que caer en la consideración de que Spinoza llegue a ser cartesiano. Descartes y Spinoza se conocen; Spinoza reexpone a Descartes, pero en cuanto a su concepción de la res extensa termina por poner objeciones fuertes a la filosofía natural y física cartesiana.                                                       

Así pues, su biografía está ligada a su recepción de influencias significativas en la distanciación de su ortodoxia judía original. Junto a esa consideración de la influencia judía en la formación del pensamiento de Spinoza (influencia de la herejía de los marranos con influencias heterodoxas u ortodoxas), está también la influencia cristiana holandesa en la figura de los armiñanos (protestantes con más influencia) y gomaristas (calvinistas más estrictos).


El “Breve tratado” es una obra en la que se ve de forma más clara unos tintes de carácter cristiano y neoplatónico. Hay quien niega ver aquí una clara influencia del cristianismo en Spinoza, pero no hay que llegar a tanto. Dentro de esta obra hay intercalados dos diálogos del tipo filosófico muy breves, aunque se duda de la autenticidad de los mismos; se cree que quizá fueron introducidos en la obra por amigos de Spinoza.
La segunda obra, y primera en publicarse, plantea algún problema, pues es una exposición de Descartes. Escribe esta obra a efectos pedagógicos, pues tras su expulsión de la sinagoga da clases a un discípulo, Kaser, el cual le pide que le explique a Descartes. Así pues, esta obra es una reexposición explicativa de Descartes siguiendo un orden geométrico. No se puede entender a Spinoza sin ese orden geométrico. Pero Spinoza no se identifica con Descartes y, aún así, expone su obra, incluso aquellas partes en las que no comparte ninguna opinión en absoluto. Hay que tener en cuenta que en el texto cartesiano hay algunas partes en las que ataca la doctrina cartesiana como, por ejemplo, entender la extensión como atributo divino o no hacerlo así. Quizás al principio no es tan evidente este rechazo, pero llega un momento en el que rechaza incluso las teorías físicas cartesianas (correspondencia a Tschirnhaus).
En cuanto a “Los pensamientos metafísicos” (cogitata metaphisica), da lugar a pensar que en ella Spinoza muestra su conocimiento acerca de la doctrina cartesiana, pero también la escolástica. En cuanto a las definiciones, aquí utiliza una terminología tradicional, pues Spinoza había bebido de las fuentes de la escolástica clásica. Este uso de la terminología filosófica cristiana implica que, en todo caso, Spinoza no era en absoluto ignorante en estos temas.
El “Tratado de la reforma del pensamiento” es una obra que no llegó a concluir, seguramente debido a que se dedicó a escribir la “Ética”. Lo que acabó llamando “Ética” era en principio otra obra llamada “Filosofía” en la que se trataban temas que comenzó a estudiar en el “Tratado de la reforma del pensamiento” y que finalmente dejó de lado. Por ello,  el “Tratado de la reforma del pensamiento” es una buena fuente sobre las teorías y doctrinas spinozistas.                                                                                      

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