domingo, 8 de mayo de 2011

David Hume


Desde joven elabora los principios básicos de su filosofía, con una “mundanización” de ésta. Realiza su primera obra importante a los veinticinco años durante una primera estancia en Francia, es el “Tratado de la naturaleza humana”, en 1739 publica los dos primeros libros, y en el 1740 el tercero. Es una obra confusa, llena de contradicciones, más problemática que sistemática. Esta obra es el intento de aplicar el método experimental en cuestiones morales, filosofía entendida en sentido práctico. En esto habría influido su conocimiento de la obra de F.Hutcheson, en cuanto a las cuestiones morales y a buscar apoyo en una teoría de las pasiones. Hume tiene una orientación moral del conocimiento, la búsqueda de un principio de tolerancia que zanje las cuestiones suscitadas por la intolerancia religiosa. Esta primera obra está guiada por motivos prácticos, de naturaleza moral. No es verlo como un epistemólogo. Él reconoce que la gloria literaria es su pasión dominante, por lo que decide escribir de manera más mundana.
En 1741 aparecen sus “Ensayos morales y políticos” con gran éxito. En el año 44, en Glasgow, se presenta para la cátedra de filosofía moral siendo rechazado por entender que su posición era opuesta a los intereses de la iglesia escocesa. En 1749 escribe “Investigación sobre el entendimiento humano”. En el año 51 aparece “Investigación sobre los principios de la moral”, publicación en la que intenta exponer el “Tratado de la naturaleza humana” de forma más sencilla, ya que es su obra fundamental. En el año 51 se establece en Edimburgo y vuelve a ser rechazado para una cátedra de lógica. En el año 1752, coge un puesto de bibliotecario del colegio de abogados, se dedica a la elaboración de su “Historia de Gran Bretaña”, la cual le dará bastante éxito.
En el año 51 había empezado “Diálogos sobre la religión natural”, obra que no publica en vida y en la que lleva a cabo una crítica de las religiones positivas además de la religión natural, una obra interesante que supone  su testamento filosófico.
En el año 63  se va de Edimburgo a Francia, donde permanece durante tres años y donde se da cuenta de que no es así esa gloria literaria que tiene. En el año 67 vuelve a Edimburgo, donde fallecerá, y sigue escribiendo ensayos. Guarda íntima amistad con Adam Smith, en el que encontramos muchos de los principios de Hume.

Si el problema fundamental de la filosofía moderna ha sido el de indagar en la estructura y los fundamentos de la razón humana, tanto por lo que se refiere al conocimiento racional del mundo como por la acción racional del hombre en el mundo, la contribución de Hume a este respecto es clara: no hay justificación posible de nuestra creencia en las explicaciones científicas de los fenómenos naturales, se trata de una cuestión hecha. Creemos en el orden de la naturaleza por motivos psicológicos, no porque haya razones lógicas para ello. Ni tampoco hay ley natural alguna, principios superiores de la naturaleza humana o divina que nos impongan normas y modos de actuar, sino que es el sentimiento (irracional) el que nos mueve a actuar de acuerdo con determinadas normas, y el que explica nuestra conducta moral. El resultado de todo esto no es que el hombre sea irracional, sino que la racionalidad humana, teórica y práctica, es una conquista más bien débil y frágil, algo que conservar a través de la crítica y del sano escepticismo.

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